Todos comenzamos este año con deseos para mejorar nuestra salud, nuestra apariencia o incluso nuestro ambiente, sin embargo, la rutina, las prisas y las cosas urgentes van haciendo que poco a poco esas intenciones se vayan diluyendo con el paso del tiempo. Uno de los principales cambios que deberíamos proponernos este año es el de cambiar los “deseos” por “objetivos”, ya que un objetivo tiene las cualidades de ser medible, específico, temporal y accesible; mientras que un deseo puede ser tan irreal como nuestra imaginación y fantasía nos lo permitan.
Te propongo 8 objetivos que puedas mantener a lo largo del año e incluso algunos que puedan mantenerse dentro de tu proyecto de vida
1.- Limpiar
Comienza con eliminar archivos, fotos, notas de voz, capturas de pantalla y contactos que ya no necesitas en tu teléfono. Sigue con depurar tus redes sociales, para seguir solo aquellos que van acorde a tus intereses. Continua con tu casa, armario, cocina y pronto, te encontrarás limpiando tu mente de pensamientos que no te aporten nada positivo.[1]
2.- Aprender a nutrirte
Mas allá de comenzar un régimen alimenticio o dejar de comer un grupo de alimentos de la noche a la mañana, se trata de conocer qué ocurre con tu cuerpo cuando determinados nutrimentos ingresan en él. Investiga, lee, pregunta y acércate a un profesional de la salud, para que encuentres qué productos no son tan convenientes para tu consumo diario, y cómo puedes personalizar tu nutrición a través de una dieta y suplementación correcta.
3.- Dormir
No es ningún secreto que el sueño es el principal aliado del cuerpo cuando hablamos de regeneración celular. Numerosos estudios confirman que dormir lo suficiente nos mantiene sanos, jóvenes, con energía y atentos. No hay fórmula mágica si queremos dormir 6 u 8 horas diarias; se trata de buscar realmente, un sueño reparador. Intenta probar contigo mismo, revisa con cuántas horas de sueño te sientes recuperado y con ánimo al día siguiente. Recuerda dejar de ver dispositivos electrónicos antes de dormir, con ello solo alteras tu sistema nervioso, haciendo más difícil la tarea de una relajación efectiva.[2]
4.- Hacer algo con las manos
Los seres humanos tenemos múltiples capacidades sensoriales, algunos en mayor o menor medida, pero todos somos capaces de percibir más allá del gusto, oído, vista, olfato y tacto, también podemos calcular distancias, mantener el equilibrio o ser propioceptivos, es decir, todos tenemos la habilidad de saber qué pasa con algunas partes de nuestro cuerpo sin necesidad de observarlas. Al utilizar tus manos para crear, pintar, dibujar o por ejemplo ensamblar, estimulas y desarrollas las áreas del cerebro encargadas de estas capacidades.[3]
5.- Ejercitarse
El movimiento es salud, hacer ejercicio es la forma más efectiva de mantener un cuerpo fuerte y resistente. Es necesario observar la cantidad y calidad del entrenamiento, no siempre más es mejor, solo asegúrate que tu entrenamiento sea diario y diferente. Te recomiendo que sea diario ya que la constancia es la base del éxito, y diferente para no agotar un mismo grupo muscular. Hoy en día tenemos a nuestro alcance múltiples opciones digitales para mantenernos en forma, aprovecha la tecnología y no dudes en invertir en un entrenamiento personalizado y profesional, de esta manera evitas lesiones y llegas más rápido a tu meta.
6.- Pensar
La población adulta con problemas cognitivos ha ido incrementándose en el mundo, debido principalmente, a la poca actividad neuronal en la que actualmente nos desenvolvemos. Cada día es más fácil y rápido procesar la información que nos llega. Las redes sociales, las plataformas de comunicación, las apps de entretenimiento, incluso las tareas cotidianas, como conducir o cocinar, se realizan mediante tecnologías, que se vuelven más y más intuitivas. Esto significa que nuestro cerebro, no debe esforzarse a aprender nuevos comandos, mandando la señal, de que no es necesario realizar más sinapsis (conexiones neuronales). Enfermedades como Alzheimer, Párkinson o la demencia senil, pueden prevenirse con actividades que nos obliguen a pensar: leer, escribir, jugar ajedrez, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma o tocar algún instrumento.[4]
7.- Disfrutar
Ya sea por el trabajo, las ocupaciones o los compromisos, la mayoría de nosotros vivimos de prisa. Disfrutar es darse el tiempo de apreciar aquello que nos pueda brindar felicidad o tranquilidad, lo que puede ser un momento alentador que nos ayude a continuar con el día de mejor humor. Bailar, escuchar una canción, observar la naturaleza, jugar con una mascota, tomar una taza de nuestra bebida favorita o cualquier otra actividad que nos recuerde que somos seres humanos, esos son parte de los placeres de la vida.
8.- Planificar
Poder plasmar en una hoja, en un calendario, en algún archivo o una app las tareas del día a día, puede llegar a ser liberador. Al planificar de esta manera, te concentras en realizar estas actividades y dejas de solo estar pensando en ellas. Hay muchos sistemas de organización y puedes comenzar con algo simple como anotar tus pendientes en las notas de tu teléfono o si quieres hacer caso al punto 4 ¡utiliza una agenda y lápices de colores! Te deseo un gran año lleno de objetivos cumplidos.
[1] Kondo M. La Magia del Orden. Editorial Aguilar. 2016.
[2] Irish LA, Kline CE, et al. The role of sleep hygiene in promoting public health: A review of empirical evidence. Sleep Med Rev. 2015 Aug;22:23-36.
[3] Tuthill JC, Azim E. Proprioception. Curr Biol. 2018 Mar 5;28(5):R194-R203.
[4] Pérez Martínez, VT. El deterioro cognitivo: una mirada previsora. Revista Cubana de Medicina General Integral, 2005. 21(1-2).