Todos los que somos dueños de mascotas estamos cada vez más interesados en que tengan una nutrición adecuada y deseamos darles alimentos y premios que sean seguros y de alto valor nutricional.
Para cumplir con estas altas expectativas, el día de hoy deseo compartir contigo algunas preguntas comunes que pueden ayudarte a despejar las dudas o mitos frente a la nutrición del perro, también llamado “mejor amigo del hombre”:
- ¿Es seguro alimentar a los perros con dietas caseras preparadas por los dueños?
Sí es seguro. Sin embargo, es importante que las dietas caseras estén bien equilibradas y contengan todos los nutrimentos esenciales del canino. Puedes acudir a la asesoría de un veterinario especialista en nutrición canina, para que dicha dieta esté realizada de acuerdo a su raza, tamaño, edad, nivel de actividad o alguna patología. Si les hacemos dietas caseras sin la orientación adecuada, a largo plazo, el perro puede presentar deficiencias o excesos nutrimentales que pueden afectar la salud.
- ¿Los perros requieren una dieta exclusivamente de proteína de origen animal como la carne y el pollo para estar fuertes y sanos?
No necesariamente. Sabemos que los perros son mamíferos y son muy carnívoros, pero también pueden beneficiarse de una dieta equilibrada que incluya una combinación de proteínas de origen animal y vegetal, grasas saludables, carbohidratos y otros nutrientes esenciales. Las dietas comerciales (croquetas o alimentos húmedos) para perros, suelen combinar formulaciones con alimento de origen animal y vegetal.
- ¿Es cierto que los perros pueden consumir cualquier tipo de comida sobrante de nuestra mesa sin riesgo para su salud?
No, no es cierto. Aunque los perros pueden consumir algunos alimentos humanos en cantidades adecuadas para ellos, existen alimentos que pueden ser tóxicos o causarles problemas digestivos. Algunos ejemplos de comida que no debemos compartir con nuestro perro son chocolate, uvas, cebolla, ajo, aguacate y alimentos ultra procesados y/o muy condimentados.
“Los perros son nuestra unión al paraíso. No conocen el mal, ni los celos, ni el descontento. Sentarse con un perro en la ladera de una montaña, en una tarde gloriosa, es volver al Edén, donde no hacer nada, no era aburrido: era paz” (Milan Kundera)
