woman covering her face with her hands

El celibato voluntario ha emergido como una tendencia transformadora en el wellness moderno, especialmente entre mujeres jóvenes y adultas en México y Latinoamérica. A diferencia del celibato tradicional asociado a doctrinas religiosas, esta práctica contemporánea—apodada “boysober” en redes sociales—representa una elección consciente de abstinencia sexual temporal para priorizar la salud mental, el autodescubrimiento y la redefinición de las relaciones personales. Figuras públicas como Drew Barrymore, Emily Ratajkowski y la cantante Mexicana Danna Paola han compartido abiertamente sus experiencias, destacando cómo este período de pausa les permitió reconectar con sus necesidades emocionales, romper ciclos de dependencia afectiva y cuestionar narrativas sociales que vinculan el valor personal con la actividad sexual.

La psicóloga y terapeuta sexual Melanie Eichhorn explica que este movimiento no se trata de rechazo al placer, sino de una “desintoxicación emocional” que libera espacio mental y tiempo para evaluar patrones de comportamiento en relaciones pasadas. “Muchas mujeres llegan a mi consultorio exhaustas de relaciones disfuncionales donde su bienestar era secundario. El celibato voluntario es un acto de rebelión contra la hiper sexualización y la presión social de estar siempre disponibles romanticamente”, comenta Eichhorn en su más reciente libro “Sexualidad Consciente”.

Este fenómeno cultural está respaldado por datos reveladores: un estudio realizado en 2024 por el Instituto de Terapia de Pareja de Ciudad de México indicó que el 38% de las mujeres entre 25 y 40 años había practicado abstinencia sexual por períodos mayores a 6 meses en los últimos dos años, y el 72% de ellas reportó mejoras significativas en su autoestima y claridad emocional. Además, plataformas digitales como TikTok y Instagram han visto un aumento del 140% en contenido bajo los hashtags #celibatovoluntario y #boysober, donde usuarias comparten testimonios, estrategias y apoyo comunitario.

Para aquellas que consideran esta práctica, expertas recomiendan establecer límites claros, comunicar la decisión a potenciales parejas sin justificarse, y utilizar el tiempo para explorar otras dimensiones de la intimidad, como la amistad, el autocuidado y la conexión espiritual. La autora española Andrea Vicente, en su bestseller “Quien bien te quiere te hará feliz”, enfatiza que el regreso a la actividad sexual debe ser gradual, libre de presiones y centrado en el placer propio más que en la satisfacción ajena.

Criticos argumentan que esta tendencia podría promover la represión sexual, pero voceras del movimiento aclaran que el objetivo es todo lo contrario: se busca una sexualidad más auténtica y menos performativa. “No se trata de dejar el sexo para siempre, sino de hacer espacio para que cuando vuelva, sea desde el deseo genuino y no desde la obligación”, afirma la influencer de wellness @SofíaMindful en un video que acumula 1.5M de visitas.

Este movimiento refleja un cambio profundo en la autonomía femenina, donde decir “no” se convierte en un acto político de autoafirmación. Para mujeres en Latinoamérica, donde los roles de género tradicionales aún persisten, el celibato voluntario ofrece un camino hacia la libertad emocional y el empoderamiento personal.

Por Editor

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