Hoy en día, las expresiones “cambio climático” y “calentamiento global” son temas que todos reconocemos y que no podemos pasar por alto. Las consecuencias complejas de estos fenómenos en el clima, la biodiversidad y nuestras vidas son cada vez más evidentes.
En este contexto, la Embajada de la República Federal de Alemania en México y Bayer, dentro del marco de los “Diálogos por un Futuro Sostenible“, organizaron con éxito un evento que sirvió como espacio de reflexión y debate en torno a algunos desafíos globales, donde se abordó de manera especial un tema crucial que nos afecta a todos: el desperdicio de alimentos. En el evento, renombrados expertos participaron activamente, compartiendo ideas que sirvieron de fuente inspiradora para generar soluciones concretas y abordar de manera efectiva este desafío.
Durante su participación, la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, subrayó la necesidad de transformar los sistemas agroalimentarios para hacerlos más sostenibles y resistentes al cambio climático, al mismo tiempo que “productivos, equitativos y empoderadores”.
Hizo hincapié en la importancia de la economía circular y la bioeconomía como enfoques clave para abordar la pérdida y desperdicio de alimentos y resaltó que el sector privado y agropecuario son parte de la solución, no del problema, abogando por la colaboración para transformar la industria agroalimentaria: “Somos nosotros quienes tenemos que sentarnos en una mesa y ver hacia dónde podemos transitar.”
En este tenor, el Dr. Genaro Aguilar, Investigador del Instituto Politécnico Nacional, señaló que los cálculos que se realizan a nivel global consideran solamente lo que se pierde después de que el alimento ya se cosechó “esto es muy importante porque en sistemas agrícolas caracterizados por una baja incorporación de avance científico y tecnológico en los procesos de producción, se desperdicia más antes que después. Tenemos 20 millones de toneladas de desperdicio de alimentos después de la cosecha, pero antes de la cosecha tenemos por lo menos otros 15 millones de toneladas que no se están cuantificando”.
Por su parte, Myrna Elisa Escamilla Hernández, directora de Estudios y Análisis de Mercados de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), subrayó la importancia de la bioeconomía como una estrategia integral para transformar estos desafíos en oportunidades. Enfatizó la necesidad de promover prácticas regenerativas, desarrollar sistemas de información para detectar el potencial de la biomasa agrícola, crear negocios bio-basados con enfoque estratégico y sostenible, y fortalecer la gobernanza considerando la circularidad y territorialidad.
Mencionó que la estrategia de la SADER incluye alianzas estratégicas con diversos actores, desde la Red de Bancos de Alimentos de México hasta instituciones internacionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y afirmó que la innovación y la investigación son pilares clave, “México destaca en innovación, pero necesitamos fortalecer el apoyo financiero y la infraestructura para emprendedores, especialmente en áreas escalables dentro de la producción primaria.”