Tomar un “día de salud mental” es un acto de autocuidado preventivo, no de flojera. La psicóloga organizacional Dra. Andrea Morales identifica 8 señales que indican la necesidad urgente de un día de descanso mental: irritabilidad constante, dificultad para tomar decisiones simples, llanto fácil o inexplicable, procrastinación crónica, sensación de agobio permanente, cambios en apetito o sueño, y pensamientos catastróficos.
“El 70% de las mujeres espera hasta el colapso para tomarse un descanso, cuando el beneficio real está en la prevención”, advierte la Dra. Morales. La planificación anticipada incluye: bloquear el día en el calendario 2 semanas antes, preparar el espacio de descanso, y comunicar límites claros a familia y trabajo.
El “protocolo de reconexión” para el día de salud mental tiene 4 fases: 1. Descanso (sueño reparador, siestas guiadas), 2. Reconexión corporal (baños terapéuticos, caminatas conscientes), 3. Alimentación reparadora (comidas nutritivas sin preparación compleja), 4. Actividades restauradoras (lectura, journaling, hobbies no productivos).
La preparación laboral incluye: redactar respuesta automática de email, delegar tareas urgentes, y establecer contacto de emergencia. Testimonios muestran que mujeres que toman 1 día de salud mental mensual reportan 30% menos estrés y 25% más productividad.

