Si comes mucho no puedes dormir, si comes poco tampoco. Esta es una de las principales razones por la cuales las personas no pueden conciliar el sueño.
Empecemos desde un bebé que toma leche materna, este estará recibiendo los nutrientes de la madre y lo que ella coma pasará al pequeño, por eso es importante que la mamá tenga una dieta balanceada y buena, es normal que la mamá se sienta con más hambre durante la lactancia y es muy fácil inclinarse a las cosas dulces y carbohidratos además que si está desvelada recurrirá a estos alimentos para mantenerse despierta, es por eso que muchas mamás primerizas se quejan que no han perdido peso a pesar de estar amamantando.
Para lograr un balance es ideal comer y dormir bien. Si el bebé comienza a sufrir de cólicos o muchos gases, la dieta de la mamá es la que debe de ser regulada, pero también es importante poner atención a los patrones de alimentación del bebe.
Como Asesora de lactancia y Experta de sueño, Liliana Amaro, remarca que es muy rara la situación en la que los bebés tengan que comer cada dos horas, al menos que el bebé esté bajo de peso o por recomendación pediátrica, pero es muy común que las mamás los alimenten cada dos horas para hacerlos dormir, hábito más común y difícil de quitar para lograr más horas de sueño continuo. Durante la noche se recomienda solo ofrecer agua a temperatura ambiente y no cada hora o cada vez que el bebé despierte, solo si se requiere.
En niños es importante cuidar de la dieta y uno de los principales factores por los que los pequeños dejan las siestas o no pueden dormir es la cantidad de azúcar que ingieren en “productos normales “como el yogurt, los jugos y las galletas, por eso es mejor dar productos naturales y revisar el contenido de azúcares.
Una pregunta muy común es cuánto tiempo antes de ir a la cama se recomienda comer y la recomendación es comer al menos una hora antes de ir a dormir, esto para dar tiempo a la digestión y dormir más pasivamente.
En Adolescentes y adultos la dieta es un factor crucial para dormir bien, comer algo saludable y en buena porción una hora antes de ir a dormir (mínimo) no se recomiendan postres dulces, azúcares o cafeína. Si se tiene problemas serios para conciliar el sueño es recomendable cambiar la rutina y hábitos alimenticios además de visitar al médico para una recomendación especializada.
“Tenemos que recordar que cuidar de nuestro sueño y alimentación diaria son dos de los factores más importantes para estar bien de salud física y mental. Un día productivo y alegre siempre dependerá de qué tan satisfechos estemos en estos dos aspectos.”- Liliana Amaro.