La premura no tiene por qué significar falta de significado o calidad en un regalo. La periodista y experta en consumo Ana Paula de la Torre, fundadora del sitio “El Financiero Life”, comenta: “Un regalo de último momento puede ser maravilloso si se enfoca en la experiencia, la personalización o en apoyar el talento local con productos que no requieren tallas ni colores específicos”. La clave está en cambiar el enfoque de los objetos físicos predeterminados a soluciones creativas y emocionalmente significativas.

Las experiencias son el salvavidas perfecto. Alejandro Cárdenas, director de la plataforma de experiencias “Cuponidad”, sugiere: “Un certificado para una cata de vinos o mezcal en línea, una suscripción anual a una plataforma de streaming que sepas que le interesa, o una reserva para un taller de cocina para el próximo año, son regalos que se adquieren en minutos y demuestran que conoces sus intereses”. En México, servicios como “Airbnb Experiences” ofrecen desde tours virtuales con artesanos hasta clases de baile, que pueden regalarse digitalmente.

Para un toque personalizado y de apoyo local, las opciones son vastas. Carla Fernández, diseñadora de moda tradicional mexicana reconocida por el Smithsonian, recomienda acudir a mercados de diseño como el “Bazar Fusion” en la CDMX o el “Mercado Negro” en Guadalajara, donde se encuentran joyería contemporánea, libros de autor, perfumes artesanales o lotes de café de especialidad. “Un paquete de ingredientes gourmet de algún estado, como el chocolate de Tabasco o la vainilla de Papantla, con una receta adjunta, se convierte en un regalo memorable y delicioso”, añade.

Por Editor

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