Enero es un mes crítico para la salud financiera, pero con un plan realista es posible navegarlo sin pánico. Valeria Moy, economista y directora del think tank México ¿Cómo Vamos?, es clara: “El primer paso es hacer un diagnóstico honesto y sin juicio. Saquen todos los estados de cuenta, revisen cuánto gastaron en diciembre y en qué, y definan el monto total a pagar. La negación es el peor enemigo”. Reconocer la situación permite tomar el control en lugar de ser víctima de ella.

Con el panorama claro, el siguiente paso es la priorización y negociaciónEnrique de la Madrid, ex Secretario de Turismo y promotor de educación financiera, recomienda: “Paguen primero las deudas con mayor tasa de interés, como las tarjetas de crédito. Para las demás, contacten directamente a los acreedores (como compañías de servicios) para preguntar por planes de pagos fraccionados o extensiones de fecha. Muchas instituciones tienen programas de apoyo en enero, pero hay que solicitarlos”. Recortar gastos hormiga (como cafés fuera o suscripciones no esenciales) de manera temporal libera un flujo de dinero significativo.

Finalmente, se debe construir un presupuesto de supervivencia y aprendizaje“Hagan un presupuesto ‘espartano’ solo para enero y febrero, que cubra lo esencial: vivienda, alimentos básicos, transporte y pagos mínimos de deuda”, aconseja Moy. También propone convertir la experiencia en un aprendizaje: “Abran una alcancía o una cuenta de ahorro separada llamada ‘Navidad 2025’. A partir de febrero, depositen una cantidad pequeña pero constante cada mes. Así, el próximo diciembre no dependerán del crédito”. La clave es la acción inmediata y la visión a futuro.

Por Editor

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