El éxito de una Nochebuena tranquila radica en una minuciosa planificación temporal que anticipe cada tarea. Mariel Vera, organizadora profesional, diseña un “cronograma inverso”: “Comiencen por la hora a la que quieren sentarse a cenar y trabajen hacia atrás, asignando tiempo a cada preparativo, incluyendo el baño y vestirse. Escríbanlo y ténganlo a la vista. Esto transforma el caos en una serie de pasos manejables”. Un cronograma realista es la mejor defensa contra el estrés.
Para una cena a las 21:00 hrs, el plan podría comenzar desde la mañana. “9:00 AM: Desayuno ligero y revisión final de la lista de compras. 10:00 AM: Puesta a punto de la cocina y la mesa. Saquen vajilla, cristalería y utensilios. 11:00 AM: Comiencen la preparación de los platos que se pueden hacer con antelación (salsas, adobos, postres). 14:00 PM: Pausa para comer algo. 15:00 PM: Preparación de ingredientes (picar, medir) y organización de ollas y sartenes”, detalla Vera.
La tarde es para el montaje y la ejecución. “17:00 PM: Iniciar la cocción de los platos que toman más tiempo (como el pavo o la carne). 18:30 PM: Baño y tiempo para vestirse. ¡Esto es no negociable! 19:30 PM: Últimos detalles de la mesa, encender velas, poner música. 20:00 PM: Finalizar los acompañamientos y emplatar los entrantes. 20:50 PM: Sacar la carne del horno para que repose. 21:00 PM: ¡Brindis y a disfrutar!”. La clave es delegar: asignar tareas específicas a familiares o amigos, como llenar las bebidas o poner la mesa. Un horario libera la mente para concentrarse en lo importante: la celebración.

