La banda sonora de la cena de Nochebuena es un elemento atmosférico crucial: puede unir, animar o crear momentos de magia sin decir una palabra. Alejandro Rosso, DJ, productor musical y creador de listas para marcas, comparte su fórmula: “La playlist perfecta para una reunión familiar es un viaje en tres actos: comienza con ambiente y conversación, sube suavemente para la comida y la celebración, y termina con calma y nostalgia. Debe haber algo para cada oído, desde el abuelo hasta el primo adolescente, sin que nada suene fuera de lugar”.
El primer acto (llegada y aperitivo) debe ser de “música de fondo elegante y conversacional”. “Incluyan jazz suave (Norah Jones, Louis Armstrong), bossa nova (João Gilberto), versiones instrumentales de villancicos, o baladas pop atemporales en versiones acústicas. El volumen debe ser bajo, para permitir que las conversaciones fluyan”, recomienda Rosso. Plataformas como Spotify tienen playlists prehechas como “Dinner Jazz” o “Acoustic Christmas” que sirven de base.
El segundo acto (durante la cena) puede subir un poco el ánimo. “Introduzcan soul clásico (Aretha Franklin, Stevie Wonder), pop navideño no invasivo (Michael Bublé, Mariah Carey), o canciones de rock suave que todos conozcan (The Beatles, Fleetwood Mac). La idea es crear una energía cálida y alegre que acompañe la comida”. El tercer acto (postre y sobremesa) es para la “nostalgia dulce y la calma”. “Aquí van los boleros, las baladas de los 80s y 90s que generen recuerdos, o música ambiental relajante. Si la familia es musical, este puede ser el momento para poner los villancicos tradicionales y cantar juntos”. La clave es preparar la lista con antelación y probar el volumen en la sala antes de que lleguen los invitados.

