La montaña de residuos post-navideños puede transformarse en una oportunidad creativa y sustentable. Tanya Müller, ex Secretaria de Medio Ambiente de la CDMX y promotora de la sustentabilidad, señala que “en enero se incrementa hasta en un 30% la generación de residuos sólidos. Reutilizar el papel y las cajas no solo alivia los rellenos sanitarios, sino que fomenta la creatividad y alarga el ciclo de vida de los materiales”. El primer consejo es desarmar con cuidado los empaques para guardar los que estén en buen estado.
Para el papel de regalo, las posibilidades son infinitas. Carla Fernández, diseñadora enfocada en técnicas tradicionales, sugiere: “El papel liso o con patrones geométricos se puede planchar a baja temperatura (sin vapor) y guardar para el próximo año. Los trozos más pequeños son ideales para forrar libretas, hacer tarjetas personalizadas, marcapáginas o incluso para la técnica de ‘decoupage’ en muebles o frascos”. Para un proyecto familiar, propone crear un “álbum de colages navideños” con los papeles más bonitos.
Las cajas, especialmente las rígidas, son un tesoro organizativo. Mariel Vera, organizadora profesional, recomienda: “Forren cajas de zapatos o de regalo con tela o el mismo papel reciclado para crear joyeros, organizadores de escritorio o contenedores para juguetes pequeños. Las cajas grandes y resistentes son perfectas para el guardado estacional de adornos navideños, bien etiquetadas”. Para un toque educativo, se pueden convertir en teatros para marionetas o casas de muñecas, fomentando el juego imaginativo en los niños antes de reciclarlas finalmente.

