¿Qué comerán los astronautas en sus viajes épicos a la Luna y, algún día, a Marte? La verdad es que no es una pregunta menor, y resolverla es clave para que la humanidad pueda establecerse más allá de nuestro planeta sin depender de envíos constantes desde la Tierra. Y aunque suene a ciencia ficción, la Agencia Espacial Europea (ESA) ya está manos a la obra con un proyecto que te va a volar la cabeza: Hobi-Wan. Imagínate alimentarte solo con aire y agua. ¡Suena a chiste, pero es neta!
Este innovador proyecto, cuyo nombre completo es ‘Hydrogen Oxidising Bacteria In Weightlessness As a Source of Nutrition’, busca producir una proteína en polvo llamada Solein. ¿Cómo? Utilizando bacterias que se ‘alimentan’ de hidrógeno y dióxido de carbono. Sí, ¡leíste bien! Estos microorganismos no necesitan azúcares ni otras materias orgánicas como la mayoría de las fermentaciones, sino gases que son súper fáciles de encontrar tanto en la Tierra como en el espacio. La empresa finlandesa Solar Foods ha desarrollado esta tecnología para crear un polvo nutritivo que es hasta 78% proteína pura. Lo llaman “proteínas de la nada”, y la verdad, ¡es un nombre que le va como anillo al dedo! Es una solución compacta y autosuficiente para obtener nutrientes esenciales.
Las misiones espaciales de larga duración son el siguiente gran paso para la exploración humana. Pero, ¿qué pasa cuando estás a millones de kilómetros de casa y necesitas reabastecerte? Pues, no es tan simple como pedir una pizza a domicilio. Por eso, proyectos como Hobi-Wan son tan importantes. La idea es probar la producción de Solein en condiciones de microgravedad, es decir, ¡en el espacio! Los primeros prototipos se desarrollarán para ser seguros y eficientes, y si todo sale bien, pronto veremos un biorreactor de Solein en la Estación Espacial Internacional (ISS). La meta es que nuestros astronautas puedan producir su propia comida, reduciendo al máximo la dependencia de los suministros terrestres y maximizando el reciclaje de los recursos a bordo, como el oxígeno y el dióxido de carbono que ellos mismos producen.
Angelique Van Ombergen, científica jefe de exploración de la ESA, lo dijo muy claro: este proyecto es fundamental para mejorar la autonomía y el bienestar de los astronautas en el futuro. Pero, ¿sabes qué es lo más padre de todo esto? Que esta tecnología no solo podría alimentar a los viajeros espaciales. Solar Foods tiene la esperanza de que Solein también se convierta en una fuente de proteína sostenible para nuestro propio planeta. Requiere muchísima menos agua, energía y espacio que la producción tradicional de alimentos, ¡y contamina menos! Así que, tal vez, los astronautas estén pavimentando el camino hacia un futuro alimentario más innovador y sostenible para todos nosotros. ¡Qué emoción pensar en un futuro así de chido!

