Acabas de recibir un ascenso, una buena calificación o un reconocimiento, y tu cerebro susurra: “Fue suerte. No soy tan buena. Van a descubrir que soy un fraude.” Esto tiene un nombre: Síndrome del Impostor. Le sucede a mujeres brillantes y exitosas, y es momento de callar a esa voz.

Cómo enfrentar a tu impostor interior

  1. La lista de pruebas: Cada vez que sientas que no mereces algo, haz una lista de 5 logros concretos que demuestren que sí lo mereces. No vale “es que le caí bien al jefe”, sino: “obtuviste la certificación X”, “cerraste el proyecto Y”. Hechos, no sentimientos.
  2. Normaliza la duda: No eres la única. Habla con otras mujeres sobre esto (colegas, mentoras). Te darás cuenta de que la duda es parte de crecer, pero no es la realidad.
  3. Separa la perfección de la excelencia: Deja de buscar la perfección (es imposible y te paraliza). En su lugar, busca la excelencia. Está bien fallar o pedir ayuda, eso es ser excelente en el aprendizaje.
  4. Acepta el cumplido: Cuando te den una felicitación, solo di: “Gracias“. No lo minimices con frases como “no fue nada” o “cualquiera pudo hacerlo”. Acéptalo como una verdad.

Por Editor

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