En un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial (IA), la periodista Karen Hao nos invita a reflexionar sobre el impacto de esta tecnología en su libro, Empire of AI. Hao, con una trayectoria destacada en medios como The Atlantic y MIT Technology Review, no se limita a describir el auge de OpenAI y su fundador, Sam Altman, sino que desvela un panorama inquietante: la IA como un nuevo imperio colonialista.
El análisis de Hao se basa en más de 300 entrevistas, revelando cómo la industria de la IA extrae recursos y datos sin reparos, explotando la mano de obra de países en desarrollo como Kenia. Trabajadores en estas regiones describen su situación como una “nueva forma de esclavitud”, mientras activistas chilenos la califican como “extractivismo digital”. Este paralelismo con el colonialismo histórico no es casual: Hao identifica cuatro similitudes claves: la apropiación de recursos, la explotación laboral, el control del conocimiento y la construcción de narrativas que justifican el dominio. Como ejemplo, menciona la extracción de litio en el desierto de Atacama para alimentar los centros de datos de la IA, con comunidades indígenas afectadas gravemente y sin una compensación justa. La autora explora la tensión entre la imagen pública de OpenAI como laboratorio de investigación y su naturaleza capitalista, cuestionando la verdadera dedicación a la investigación versus el afán de lucro y el control del mercado.
El libro también analiza las complejas relaciones de poder entre OpenAI, figuras clave como Elon Musk y Peter Thiel, y el gobierno estadounidense. Hao argumenta que existe una alianza preocupante entre Silicon Valley y Washington, donde ambas partes buscan expandir su influencia y poder. La autora se pregunta sobre la capacidad de esta alianza para erosionar la democracia, utilizando a las corporaciones, y en especial a los CEOs, como nuevos centros de poder. La ambición por lograr la inteligencia artificial general (IAG), a menudo presentada con un tono casi religioso, también es analizada. Hao sugiere que esta visión sirve como un propósito superior que justifica los medios y alimenta la ambición de poder de los líderes de la industria. Finalmente, la autora concluye que el periodismo tiene un rol fundamental en la rendición de cuentas de estas empresas y propone que cada periodista, con sus propias habilidades, investigue y desvele las implicaciones políticas y económicas de la IA.
En definitiva, el libro de Karen Hao nos invita a una reflexión crítica sobre el desarrollo de la IA. No se trata solo de tecnología; es una cuestión de poder, recursos, y la responsabilidad ética de la industria en un mundo cada vez más desigual. La falta de regulación y la ambición desmedida de algunos actores de la industria podrían crear un sistema que reproduce y exacerba las injusticias del pasado. Es vital que seamos conscientes de este panorama y luchemos por un desarrollo tecnológico más justo y equitativo.