Una encuesta realizada recientemente por la plataforma de salud Doctoralia a más de 21 mil personas en México, Brasil, España, Italia y Polonia, arrojó que más del 50% de los entrevistados están de acuerdo con recibir la vacuna contra el COVID-19. Las personas de Brasil son los más dispuestos, con 57% de aceptación, seguidos de los mexicanos con 55%.
De entre los que manifestaron que no se aplicarían la vacuna, la mayoría declaró que se debía al temor a efectos adversos, particularmente en México e Italia, donde el porcentaje ascendió a 63%, frente a 56% registrados en Brasil y España. El segundo motivo para negarse a la vacuna fue que no creen que sea efectiva, esto lo piensan 27% de los polacos y 20% de los mexicanos. Un mínimo porcentaje manifestó razones políticas o religiosas para no recibirla.
La encuesta también exploró los hábitos de telemedicina. En lo que va de la pandemia más del 50% consultó a un profesional de la salud, en especial Polonia, en donde 76% de los encuestados afirmaron haber recurrido a un especialista en este periodo. Sin embargo, la mayoría asistió a la consulta de manera presencial, destacando los italianos en 89%, seguidos de casi 80% de mexicanos y brasileños.
Aun así, una buena parte de los encuestados aseguró que después de la pandemia le gustaría tener consultas en línea, sobre todo 81% de los brasileños y más del 75% de españoles y mexicanos.
Otra pregunta fue si después de vacunarse seguirían tomando las medidas de prevención básicas. Los mexicanos obtuvieron el primer lugar en respuestas afirmativas: 87% declaró que seguirá usando cubrebocas, 82% gel sanitizante y 70% respetará la distancia social. Mientras que en Brasil e Italia solo 34% de los entrevistados manifestó que seguirá usando cubrebocas después de la vacunación.
El doctor Jezer Lezama-Mora, infectólogo y especialista en temas de inmunidad que forma parte de la plataforma, resalta la importancia de que, más allá de aplicarse o no la vacuna, se debe continuar con las medidas de cuidado básicas, como son: uso de cubrebocas, lavado de manos o aplicación de sanitizantes, sana distancia y desinfección de superficies, así como evitar lugares poco ventilados y la concentración de personas en espacios reducidos.
Añadió que la eficacia de una vacuna así sea en un 50%, es una ventaja, y las vacunas contra el COVID han mostrado un mayor porcentaje de eficacia, así que no hay motivos para dudar de ellas: “Las vacunas, ya que están distribuidas comercialmente, son seguras y no se necesita más evidencia, sino frenar contagios y salvar vidas”, concluyó.