Los imprevistos en la cena más importante del año pueden generar pánico, pero con estrategia y calma, todo tiene solución. El reconocido chef Enrique Olvera, del restaurante Pujol, ofrece un consejo fundamental: “La simplicidad y la calidad de unos pocos ingredientes superan a un banquete complejo y estresante. Si algo se quema o no queda bien, respiren y recuerden que lo importante es la compañía”. Contar con un “Plan B” en la despensa es la clave para la serenidad culinaria.
Para emergencias comunes, los expertos tienen soluciones. Si el pavo o la pierna no se cocinan a tiempo, Mónica Patiño, chef y conductora de televisión, aconseja: “Corten la pieza en porciones más pequeñas y termínenla en el horno o en sartenes separadas para acelerar. Mientras, sirvan los acompañamientos y las bebidas para mantener a los invitados contentos”. Si se acaba un ingrediente crítico, Yuri de Gortari, del extinto pero aún referencial “Cocina Económica” de la UNAM, sugería sustituciones mexicanas: “Para espesar una salsa, un poco de masa de maíz disuelta; para reemplazar la crema en un postre, un licuado de nuez de la india o almendra”.
La presentación y el ambiente salvan cualquier percibe. La diseñadora de experiencias Paulina Garza recomienda: “Enciendan todas las velas, pongan música alegre y organicen la comida en un buffet generoso. Un centro de mesa llamativo hecho al momento con naranjas, canela y ramas de pino desvía la atención. Al final, lo que perdura en la memoria es la calidez, no si la carne estuvo perfecta a las 8 en punto”.

