El término “Childfree”, que significa «libre de hijos»,ha existido desde principios del siglo XX en todo el mundo y México no es la excepción. Pero no fue hasta la década de 1970 que las feministas en Estados Unidos comenzaron a usarlo más ampliamente para identificar, como un grupo distinto, a las mujeres que optaron por no tener hijos. Los expertos lingüistas de Babbel invitan a conocer los términos relacionados con el estilo de vida sin niños y ser más conscientes de los prejuicios lingüísticos que hay que evitar.
“El sufijo “free” – libre – se eligió precisamente para captar la sensación de libertad y falta de obligaciones que sentían quienes habían decidido voluntariamente no tener hijos”, explica Sara Grippo, Directora de Estrategia de Contenido de Babbel, la plataforma de aprendizaje de idiomas que ofrece aplicaciones y lecciones en vivo.
Aunque la presión social sigue siendo alta y, en ocasiones, falta sensibilidad hacia un tema tan delicado e íntimo, la normalización de vivir una vida sin hijos se está extendiendo entre los Millennials y la Generación Z, que cada vez son más conscientes de que la maternidad/paternidad no tiene por qué ser necesariamente un paso obligatorio en la vida.
“El análisis lingüístico permite identificar los cambios sociales que se están produciendo en otros países y puede ser una oportunidad para reflexionar sobre las «brechas sociales»de la propia cultura, ayudando en parte a concienciar sobre la importancia de reconocer y respetar la pluralidad de las personas y estilos de vida. El desarrollo de neologismos y distinciones semánticas como, por ejemplo, entre los términos ingleses childfree y childless, es de hecho un signo de una maduración cultural que también se refleja en el idioma”, agregó la experta de Babbel.
Términos relacionados con la esfera Childfree
Childless: traducible como “sin hijos”, el significado de este término debe distinguirse de “childfree”; si este último indica la opción de no concebir o adoptar hijos, “childless”, en cambio, subraya la ausencia objetiva de hijos (que puede ser voluntaria o circunstancial). Incluso el alemán (con “kinderfrei” y “kinderlos”) y algunos idiomas escandinavos (por ejemplo, el sueco con “barnfri” y “barnlös/a”) se comportan lingüísticamente de la misma manera (son de hecho similares a “childfree” y “childless). Sin embargo, esta diferencia aún no se expresa en varios idiomas que usan una sola palabra para ambos matices de significado (como, por ejemplo, el polaco “bezdzietny” y el finlandés “lapseton”). Finalmente, las lenguas romances, sin embargo, no utilizan una única palabra sino la construcción “sin” seguida de “hijos” (además del español, por ejemplo, el italiano “senza figli” y también el francés “sans enfants”).
Permanent postponer: relacionado con el término “childless” existe el/la “aplazador/a permanente” que se refiere a las personas que tienden a posponer la decisión de ser madres/padres porque aún no han decidido si esta meta es parte de sus prioridades vitales.
DINK: acrónimo en inglés que significa “dual income no kids”, en español “doble salario sin hijos”, es una expresión coloquial que hace referencia a una familia sin hijos y con doble salario. Otra expresión similar es DINKWAD “dual income no kids with a dog” -“doble ingreso sin hijos con un perro”- , mientras que lo contrario es DEWKS “dually employed with kids” – “doble empleo con hijos” -. También existe, el acrónimo SINK que significa “Single Income, No Kids” – ingreso único, sin hijos -, pueden ser jóvenes o personas adultas que no viven en pareja.
GINK: este término, que significa “Green Inclinations, No Kids” – “Inclinaciones verdes, sin hijos” -, se refiere a todas las personas que eligen no tener hijos porque creen que esta es la opción más ecológica y respetuosa con el medio ambiente.
Nulípara: este término científico se refiere a las mujeres que nunca han parido. Derivado del latín moderno, consta de “nullus” (“sin, no, ninguno”) y “para” (“dar a luz”) y se ha mantenido así en la mayoría de los idiomas europeos (como, por ejemplo, el inglés “nulliparous ” y el alemán “nullipar”).
Por último, la National Organization for Non-Parents (N.O.N.) – Organización Nacional para No Padres -, que fue fundada por Ellen Peck y Shirley Radl en Palo Alto, California, EE.UU., en 1972. N.O.N. se creó para hacer visible la idea de que, tanto hombres como mujeres pueden elegir tener o no tener hijos. La organización cambió su nombre a National Alliance for Optional Parenthood – Alianza Nacional para la Maternidad/Paternidad Opcional – y continuó en la década de 1980 como un grupo de apoyo para aquellos que toman la decisión de no tener hijos. El objetivo de la organización era educar al público sobre la no maternidad/paternidad como un estilo de vida válido y satisfactorio, apoyando a aquellos que deciden no tener hijos, dando a conocer el problema de la sobrepoblación y colaborando con grupos de similares objetivos.
Guía de preguntas y frases a evitar
Los expertos lingüistas de Babbel, la plataforma premium de aprendizaje de idiomas, con el fin de promover el entendimiento mutuo a través del lenguaje, han recopilado algunas frases a evitar para garantizar una comunicación más inclusiva:
“¿Y cuándo vas a tener un hijo?”: es una de las preguntas más frecuentes, a veces se hace de forma automática pero definitivamente debe evitarse. De hecho, cada persona es libre de decidir si quiere o no tener hijos y no debe ser obligada a explicar y justificar su elección.
“Es una oportunidad perdida: nunca te realizarás como persona”: la realización personal se sigue asociando muy a menudo con la maternidad o la paternidad, sin reconocer en cambio que algunas personas pueden tener objetivos de vida diferentes.
“Nunca experimentarás el amor verdadero”: esta declaración asume, erróneamente, que solo hay un tipo de amor “puro” y que los que no son madres/padres no pueden amar de verdad. Se trata de una generalización romántica de las relaciones de crianza y, como cualquier estereotipo, puede ser incorrecta y engañosa.
“Cuando quieras hijos, será demasiado tarde”: cada uno vive a su tiempo, con sus propios ritmos y necesidades, y debe ser libre para afrontar tan compleja elección cuando se sienta preparado; además, debemos considerar la posibilidad de que la persona con la que hablamos haya decidido que nunca querrá tener hijos o que esté sufriendo porque no puede tenerlos.
“Serías un gran padre”: la capacidad de relacionarse con los niños no implica automáticamente un deseo de maternidad/paternidad.
“Solo piensas en ti mismo/a“: a menudo se “acusa” a los que no son madres/padres de ser egoístas porque se supone que solo tienen la intención de mantener su propia libertad y hábitos, sin querer aceptar compromisos; más allá de que cada uno tiene derecho a tener sus propias motivaciones, en ocasiones la decisión puede derivar precisamente de consideraciones prospectivas y altruistas, como en el caso de quienes optan por no tener hijos por la crisis climática y el incierto futuro del planeta.
“Los childfree viven de fiesta” o “qué envidia, debe ser genial no tener responsabilidades”: esta idea fomenta una concepción equivocada sobre los motivos de las personas para decidir no tener hijos, creyendo que son irresponsables y que la razón para no querer tener hijos es tener una vida de fiesta. Las personas sin hijos por elección son miembros de la misma sociedad y tienen las mismas responsabilidades que el resto de las personas adultas – empleos, cuentas por pagar, familia, problemas, etc.-.
“Cargar bebés les va a despertar el instinto maternal mágicamente”: uno de los mitos sobre la gente childfree es la creencia de que todas las mujeres se emocionan con los bebés y si tienen uno en brazos, de pronto querrán tener una casa llena de hijos. Dejando de lado, la elección de estas a no ser madres. El instinto maternal en la especie humana es un mito, hay quienes tienen vocación de madres y hay quienes no. Si bien, muchas veces este comentario no es con mala intención, lo cierto es que puede resultar ofensivo decir que cambiarán de opinión ya que esto implicaría que no son personas maduras y que no saben lo que quieren para su vida. Por el contrario, las personas que deciden no tener hijos nunca llegan a esa decisión tras años de reflexión, precisamente porque es una postura que va contracorriente.
“Te vas a arrepentir”: esta sentencia es de las más comunes. La realidad, es que siempre existe la posibilidad de cambiar de parecer. Pero eso sucede con cualquier decisión que se toma en la vida. Las personas eligen un camino basándose en sus sueños y proyectos, luego de mucha reflexión y esperando que funcione.