La carga mental, ese trabajo invisible de planificación, organización y gestión doméstica que recae desproporcionadamente sobre las mujeres, constituye una de las mayores fuentes de estrés y agotamiento en la vida moderna. Este fenómeno va más allá de las tareas físicas: es la constante vigilancia de qué falta en la despensa, los recordatorios de cumpleaños, la coordinación de citas médicas y la planificación de menús semanales. Estudios de la Universidad Nacional de Colombia revelan que las mujeres dedican en promedio 35 horas semanales a esta carga mental, equivalente a una jornada laboral completa no remunerada.
El artículo explora los orígenes socioculturales de esta distribución desigual, analizando cómo los roles de género tradicionales persisten incluso en hogares donde las parejas comparten las tareas físicas. La psicóloga organizacional Dra. Marcela Torres explica: “El problema no es solo hacer, sino ser la responsable única de recordar, anticipar y coordinar. Esta sobrecarga cognitiva reduce la capacidad de concentración, afecta la productividad laboral y mina la salud mental”.
La sección de soluciones prácticas incluye:
- El método de las “4 Ds” (Detectar, Delegar, Definir, Desconectar) para redistribuir responsabilidades
- Herramientas digitales compartidas (Trello, Google Keep, Cozi) para visualizar y distribuir la carga mental
- La técnica de la “reunión familiar semanal” para planificación colaborativa
- Ejercicios de “desaprendizaje” para combatir el perfeccionismo doméstico
Incluye testimonios de parejas que implementaron sistemas de gestión equitativos, mostrando mejoras del 40% en satisfacción marital y reducción del 60% en conflictos domésticos. Un apartado especial aborda la negociación de cambios en relaciones establecidas, con scripts de conversación y estrategias para superar resistencias.