sliced vegetables on brown wooden chopping board

Adentrarse en la cocina por primera vez puede sentirse como enfrentarse a un laberinto de sartenes, ingredientes desconocidos y técnicas misteriosas. El miedo a quemar, salar o simplemente arruinar una comida es real, pero absolutamente superable. Cocinar no es un talento mágico con el que se nace, sino una habilidad que se construye con práctica, paciencia y los consejos adecuados.

Estos 7 tips están diseñados específicamente para quien está dando sus primeros pasos entre fogones. Olvídate de los platillos complicados; aquí encontrarás bases sólidas para ganar confianza y descubrir el placer de crear comida deliciosa con tus propias manos.

1. Empieza por dominar los huevos en sus formas básicas

El huevo es el mejor y más económico profesor de cocina. Es versátil, se cocina rápido y te enseña a controlar el calor. Practica estas tres técnicas fundamentales:

  • Huevo revuelto: En un sartén antiadherente a fuego medio-bajo, con un poco de mantequilla. Revuelve constantemente con una espátula hasta que cuaje pero aún esté cremoso.
  • Huevo frito: Un poco más de aceite en el sartén, déjalo cocinar sin moverlo hasta que la clara esté blanca y la yema aún líquida.
  • Huevo duro: Pon huevos en agua fría, lleva a ebullición, apaga el fuego y tapa la olla por 10-12 minutos. Luego pásalos a un bowl con agua helada.

Dominar el huevo te dará una sensación inmediata de logro y te enseñará el timing y la temperatura.

2. Aprende el “mise en place” (¡Todo en su lugar!)

Este término francés es la regla de oro para cualquier cocinero, especialmente para principiantes. Significa tener todos tus ingredientes medidos, lavados, picados y preparados antes de encender el fuego. Esto evita el pánico de tener que picar ajo mientras la cebolla se está quemando. Te convierte en el director de orquesta de tu propia cocina, permitiéndote seguir los pasos de cualquier receta con calma y control.

3. Invierte en tres herramientas clave de calidad

No necesitas una cocina de chef profesional, pero tres herramientas buenas marcan la diferencia:

  1. Un cuchillo de chef de 20 cm (8 pulgadas): De una marca accesible como Tramontina o Victorinox. Un cuchillo afilado es más seguro y eficiente que uno barato y desafilado.
  2. Una tabla de picar grande de plástico o madera: Para proteger tu cuchillo y tu mesada.
  3. Un sartén antiadherente pesado de buen tamaño: Un sartén de 24-28 cm de diámetro te servirá para casi todo.

4. Sigue recetas al pie de la letra (la primera vez)

La creatividad llegará después. La primera vez que intentes una receta nueva, síguela exactamente como está escrita. No sustituyas ingredientes cruciales (como harina de trigo por harina de almendra) ni modifiques las cantidades. Esto te asegura entender la intención del platillo y su técnica base. Una vez que lo domines, entonces podrás experimentar y hacerla tuya.

5. Confía en tus sentidos más que en el tiempo exacto

Los tiempos en las recetas son una guía, no una ley. Horneado de 25 minutos puede significar 23 en tu horno o 27. En vez de confiar ciegamente en el temporizador, usa tus ojos, olfato y tacto:

  • ¿La carne tiene un color dorado?
  • ¿Las verduras al vapor están tiernas pero crujientes al pincharlas con un tenedor?
  • ¿Huele a tostado? Esta es la habilidad más importante que desarrollarás.

6. Sala en etapas, no solo al final

Uno de los errores más comunes es agregar toda la sal al final de la cocción. Sala en capas. Pon una pizca de sal cuando sofrías la cebolla, otra pizca cuando agregues las verduras, y un toque final al terminar. Esto construye profundidad de sabor en cada capa del platillo, en lugar de solo tener un golpe salado en la superficie.

7. No temas a los atajos inteligentes

Cocinar desde cero no significa hacer absolutamente todo desde cero. Los atajos de calidad son tus amigos:

  • Usa caldos de pollo o verduras en tetra brik (como Knorr o Swanson) en lugar de agua para cocinar arroz o sopas.
  • Compra pasta fresca o salsa de tomatillo preparada de buena calidad para armar una comida rápida.
  • Las hierbas congeladas o en pasta (como la pasta de ajo o jengibre) son un buen sustituto cuando no tienes frescas.

Cocinar es un viaje de descubrimiento, una habilidad práctica que nutre el cuerpo y el alma. Cada error es una lección y cada acierto, una victoria. Empieza con lo simple, celebra los pequeños logros y, pronto, dejarás de ser un principiante para convertirte en el confidente creador de tu propia mesa.

Por Editor

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